Las cerraduras son un componente esencial a la hora de garantizar la seguridad y la tranquilidad de las personas dentro del hogar o la empresa. Algunas presentan un funcionamiento sencillo que nos permite instalarlas en pocos pasos, otras son más novedosas y ofrecen mayores garantías en términos de seguridad. ¿Cuál utilizar en cada caso? ¿Cómo elegir el modelo ideal si se trata de una puerta exterior? ¿Cómo instalarla? Descúbrelo en las siguientes líneas.
Cerraduras empotradas o embutidas: Son muy habituales en puertas interiores. Su funcionamiento es bastante sencillo, pues permite retractar el pestillo de seguridad a través de una manilla giratoria. La mayoría de los modelos no incorporan un sistema de llaves, aunque puedes optar por esta funcionalidad si requieres de mayor seguridad para las habitaciones del lugar.
Cerraduras multipunto: Se trata de una de las cerraduras que más seguridad nos provee. Básicamente se compone de una serie de anclajes distribuidos en varios puntos de la puerta, lo que sumado a que se fijan directamente en el marco, constituyen un recurso ideal para evitar el apalancamiento y el forcejeo por parte de atracadores.
Cerraduras electrónicas o digitales: Pueden ser apreciadas en puertas de hoteles y edificios de alta seguridad. Estas cerraduras sólo pueden desbloquearse a través de un código de seguridad, una tarjeta, o incluso, las huellas digitales. Se prevee que en un futuro puedan funcionar a través de los dispositivos móviles.
Cerraduras sobrepuestas: Estas cerraduras presentan un punto negativo, al quedar expuestas al exterior son más fáciles de corromper, por lo que debemos asegurarnos de elegir un material de fabricación adecuado, además de prestar atención al tamaño y la forma de la cerradura. Algunos modelos permiten fijarlos desde el interior para mayor seguridad.
Cerraduras cilíndricas: Se conocen también como cerraduras de perfil europeo. Son destinadas mayormente a puertas exteriores y se componen de un bombín de pera o cilindro que permite bloquear o desbloquear la cerradura a través de una llave. Son ideales para el hogar, las oficinas y los locales que necesiten de una protección extra.
Cerraduras tubulares: Son muy similares a las cerraduras de picaporte, y pueden identificarse fácilmente por la presencia de un botón o pestaña que bloquea la puerta desde dentro. Se utilizan para los cuartos de baño y las puertas de habitaciones interiores que necesiten cerrarse desde el interior. No se recomiendan para puertas exteriores.
Cerraduras de alta seguridad: Además de las ya mencionadas, existen también las cerraduras de alta seguridad, muy similares a las de tipo multipunto, aunque incorporan de manera adicional un cierre antiganzúa. Pueden variar el número de puntos de anclaje, y son habituales en puertas blindadas o de alta seguridad.
Fuente de la imagen: cerrajerosmadrid24horasap.com
- Verifica la altura a la que instalarás la cerradura. Generalmente se coloca sobre los 91 y 96 cm con respecto al suelo.
- Si se trata de una cerradura embutida, fija el retiro a unos 5,5 cm o 5 cm para puertas interiores y exteriores respectivamente.
- En la intersección de ambas mediciones deberás realizar el agujero.
- Para realizar el agujero, establece un punto central con el punzón y taladra por ambas caras. No te olvides de la abertura para el pestillo.
- Utiliza un formón lo suficientemente profundo a la hora de realizar el rebaje.
- Asegúrate que la cerradura se inserta en el agujero adecuadamente.
- A la hora de colocar el orificio para el pestillo, verifica que este coincide perfecto con la altura de la cerradura.
- No te olvides de dejar espacio suficiente para el pestillo. Coloca los tornillos y fíjalos firmemente.